“Oswald, un misterio americano” de Norman Mailer
El 24 de Noviembre de 1963, un “mafioso de poca monta”, Jack ruby
– Jacob Rubinstein- mató de un balazo en el estómago a Lee Harvey
Oswald, presunto asesino del presidente Kennedy, mientras éste era
trasladado a la cárcel del condado de Dallas por la policia. Con la muerte de Oswald, ante la imposibilidad de saber por él acerca de todo lo que había ocurrido – el asesinato de JFK y qué grado estaba implicado, en caso de estarlo- se abrió uno de los misterios que más ha obsesionado a América como nación desde entonces.
La comisión Warren no vino a esclarecer nada, llegando a unas conclusiones cómodas, es decir, Oswald actuó sólo, no había conspiración alguna para acabar con el presidente, y que todo fue obra de un loco. La conclusión a la que desde entonces siempre se llega en estos casos. Se le cargó, perdón por la expresión, el muerto al primero que vieron, y a otra cosa. La verdad es que siempre tendemos a creer en la teoría de la conspiración aún cuando tampoco tengamos pruebas para ello. Curiosa la teoría de la “bala mágica” para explicar que una bala hiciera el trabajo de tres. Memorable parodia de esto es hecha en la magnífica serie de humor “Seinfeld”, en el episodio del partido de Béisbol y la teoría del “Gargajo Mágico”( abajo adjunto vídeo)
No nos desviemos del tema. La comisión Warren y todo los hechos que creemos que pasaron, o qué creemos que no pudieron pasar, y que sabemos que jamás sabremos, vienen muy bien explicados en el film de 1991, “JFK. Caso abierto”, dirigido por Oliver Stone e interpretado por Kevin Costner, en el papel del fiscal de Nueva Orleans, Jim Garrison. Todo lo que haya que saber sobre el tema, está ahi.
Norman Mailer, ya desaparecido, en este mastodóntico trabajo de investigación periodística de 900 páginas, trabajo hipnótico que al final deseas que contenga 1900 hojas, no se plantea dilucidar si Oswald era o no culpable, si formaba parte de una conspiración o no. Simplemente no hay manera de hacerlo. El material está Clasificado, de momento, material que cuando se desclasifique no dirá nada. Y de momento no hay más que investigar. Así Mailer lo que hace es investigar a Oswald. Viaja a Minsk, para ello. Luego investiga sobre él en suelo norteamericano. Nueva Orleans, Dallas. EL objetivo es saber mucho sobre Oswald para ser capaz de sacar una conclusión, una sensación, un “palpito” sobre si Lee Harvey con su personalidad, su modo de ser, podía estar detrás de todo esto.
Oswald fue siempre un solitario, un inadaptado. No encajaba bien entre otras personas. Se enroló en los marines, pero allí tampoco encontró su sitio. Simpatizaba con el comunismo y decirlo en voz alta en la “libre” américa, no era una idea feliz. De repente toma una decisón sorprendente para un norteamericano y más de la época: abandonar la américa capitalista de la opulencia a cara vista y la sonrisa perpetua, e irse a la fría, rígida capital de la actual Bielorrusia, Minsk, abrazando al comunismo. La adminstración USA le permite pasar “al otro lado” para no provocar un encontronazo con los soviéticos en plena guerra fría, 1959, pero nunca le perdieron la pista, sospechando de ser un espía ruso. Los rusos le permiten pasar a su lado, rechazarlo les supondría también problemas, pero desconfían que sea un agente americano, y tampoco le pierden la pista. Ambas monstruosas maquinarias polítican le creen un espía, porque, que clase de “lunático” puede irse a Minsk a pasar frío desde el calorcito del capitalismo yankie. No era ningún idiota como se desprende de lo explicado por Mailer. Un inadaptado, un tío raro tal vez, pero idealista, honesto, definitivamente ingenuo. Si no lo era, fingió muy bien. De hecho no fue el primer norteamericano en hacerlo- leer “Los Olvidados”, de Tim Tzouliadis, editado por Debate, libro sobre norteamericanos que en la Gran Depresión marcharon a Rusia en busca de oportunidades. No les fue muy bien, por cierto, lo mismo que a la mayoría que optaron por una emigración local dentro del territorio USA como bien escribe Steinbeck-.
Allí conoció a Marina Prusakova, con la que se casó.
De su estancia en Minsk podemos sacar conclusiones sobre Lee Harvey y sobre la vida en la URSS para luego compararla con la vida en América.
Oswald trabajará en una fábrica. Callado, trabajador – timido por caracter pero tambien por sus problemas con el idioma-. Esto hace recelar al representante del Partido en la fábrica, que debe vigilarlo. Pero él no sucumbe a miradas o presiones y tiene un comportamiento ejemplar. La ciudad, gris, apagada, apenas luz del sol. El trabajo monótono. La vida más monótona aún. Los sábados llegaba el entretenimiento: los trabajadores de la fábrica iban a disparar, tiro al plato. Elemento muy interesante: Oswald según todos los testimonios era un pésimo tirador- cosa corroborada por los marines USA-, no daba una disparando. La pregunta es evidente. ¿Cómo podía ser él el que disparó a Kennedy con tanta precisión, si no era capaz de darle a un plato? Si fingía lo hacía muy bien. Pero, ¿para qué fingir en Minsk? Da qué pensar. Las casas rusas, pequeñísmas, minúsculas, ¡30 metros!- como si no hubieran pisos en occidente, y hoy día, de iguales dimensiones y caras como una de 100. La diferencia es que alli la vivienda era gratis-. Poco a poco se va desencantando del sueño libertario y ve que debe volver a Estados Unidos con su mujer rusa.
Vuelve a Estados Unidos en 1962. No podrá encontrar un empleo decente y mucho menos una casa. Todas las que alquila – aqui nada es gratis- están llenas de cucarachas. El matrimonio se tambalea. Tampoco Marina encuentra el sueño americano tal y como lo soñaba. Pero encuentra una solución. El clan ruso – este termino no es más que un eufemismo- la abraza como una de las suyas, da protección, empleo, y lo que haga falta.
Oswald vive ya trastonado, hace cosas extrañas y junta con gente más extravagante aún. Encuentra trabajo en un depósito de libros, sito en la calle del Elmo ( ELM STREET) en Dallas, justo donde pasará el presidente con su comitiva. Pero antes de esto Oswald vive en un desbarajuste continuo. Problemas de dinero, de adaptación, perdedor en la tierra donde no se puede perder( loser). Algo curioso, y revelador, es cuando intenta hacer unas copias de unos textos en ruso donde se habla de temas como comunismo y demás. Evidentemente el copista no sabe lo que hay escrito pero si reconoce los caracteres cirílicos. Y lo denuncia. La inquisición no sólo está al otro lado del telón de acero. Tambien es cierto que las consecuencias no son la deportación, pero ser investigado por la policia no favorece a encontrar un empleo. También es evidente que la policia, FBI, CIA o quien fuese, o todos, seguía la pista de Lee Harvey desde que volvió. Entonces, ¿cómo se les escurre justo el día en que viene el presidente Kennedy a la ciudad?
El resto es ya conocido por todos. Las conclusiones es que cada uno lea y saque las suyas propias. Si Oswald era capaz o no de matar al presidente en plan lobo solitario.
Libro fantástico sobre un hecho crucial del siglo XX que habla bastante bien sobre la época en la que transcurre. Libro que a poco que te interese el tema, hace gozar sobremanera.
Apuntar que sobre Lee Harvey Oswald, existe una biografía novelada, “Libra“, a cargo de Don Delillo
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Madre mía!!!! esto es una clase magistral o qué es lo que es? jajajaja
la escena de Seinfeld, muy buena.
gracias ana, uno es que se pone a contar algo y no sabe parar
lo que se aprende viendo a jerry seinfeld!!!